Prevenir enfermedades de los huesos (como la osteoporosis), regular el sistema inmunológico (y prevenir enfermedades como la gripe), prevenir numerosos tipos de cáncer, enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple o la diabetes tipo 1, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, demencia y hasta el estrés y la depresión. Esa maravilla capaz de cambiarlo todo se llama vitamina D. Y sin embargo, la realidad es ésta: nos falta vitamina D. Y eso que se trata de una vitamina que necesitamos tanto como el agua que bebemos y el aire que respiramos.

Conteste estas tres preguntas antes de seguir leyendo

  1. ¿Sabe cuánta vitamina D necesita realmente?
  1. ¿Cuándo se ha analizado por última vez su nivel de vitamina D?
  2. ¿Está seguro de que no tiene déficit?

Conocer la respuesta a estas preguntas es esencial para su salud.

Asómbrese al leer lo que sigue

Las investigaciones científicas no dejan de sacar a la luz nuevos beneficios de la vitamina D. Los que siguen son algunos de los más destacados y recientes. Le sorprenderá no haber leído antes sobre ellos. Quizá se pregunte cómo es posible que esta información tan importante no haya ocupado titulares de portada. Yo también me lo pregunto.

¿Asombrado? ¿Quiere leer más evidencias de lo que es capaz de hacer la vitamina D? Allá vamos. Empecemos con un estudio publicado hace sólo unos días:

Y un par de investigaciones más para acabar de completar el panorama:

Nos falta vitamina D

Y éstos son sólo los resultados de los últimos informes que los investigadores han realizado, publicados hace apenas unos meses o incluso sólo unas semanas. Por no hablar de la utilidad ya sobradamente demostrada de esta supervitamina para protegernos de la gripe, prevenir las fracturas de la osteoporosis, diabetes, párkinson, depresión o reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, entre otros. (7) (8) (9) (10) (11) (12) Y mientras tanto, nosotros seguimos enfrentándonos a esta triste realidad: nos falta vitamina D y nadie parece hacer nada para remediarlo.

Cómo se sintetiza la vitamina D

Cada vez que el sol está en lo alto y que sus rayos acarician nuestra piel, sin saberlo estamos fabricando vitamina D. Quizá por eso, al ser España un país bañado por el sol, nadie prestó demasiada atención a cuál sería el nivel de vitamina D de la población, dando por hecho que nunca nos faltaría. Y ahora viene la sorpresa: los últimos estudios aseguran que el déficit de vitamina D entre la población española, como también ocurre en otros países europeos, es alarmante, hasta el punto de que tiene dimensiones de pandemia. Por poner un ejemplo, el 80% de los adolescentes españoles (que están en una edad crítica para su crecimiento y salud) tendrían déficit. ¿Y cómo hemos llegado a este punto? ¿No le parece un disparate, una negligencia de enormes dimensiones, estar privando a su cuerpo de esta supervitamina? La lección es muy clara: conviene tener suficiente, tanto en invierno como en verano. De ello depende en gran parte nuestra salud.

¿Y cuánto es “suficiente”?

Ahora viene la segunda sorpresa. Del mismo modo que hace dos décadas las autoridades sanitarias se equivocaron al considerar que un adulto necesita, como máximo, unas 200 UI (5 µg) de vitamina D al día, hoy también se equivocan en las dosis que aconsejan, que no son mucho mayores. Y es que 200 UI al día es el aporte nutricional recomendado (CDR –cantidad diaria recomendada-) en Europa, y el que consta en la información nutricional que aparece en la etiqueta de los alimentos, redactada según la legislación vigente a nivel de la Unión Europea. En Estados Unidos las cosas están algo mejor. En el año 2011, por ejemplo, el IOE (el que era el Institute of Medicine de Estados Unidos, que acaba de cambiar su nombre a HMD –National Academies of Sciences, Engineering and Medicine-) ya actualizó su recomendación respecto a la CDR de vitamina D (es decir, la dosis mínima que se debe consumir) y lo estableció en 600 UI/día para edades comprendidas entre 1 y 70 años, incluyendo durante el embarazo y la lactancia. Pues bien, 200 UI es una cantidad simplemente ridícula, pero es que 600 sigue siendo baja. Las autoridades europeas comienzan a prestar atención al asunto. De hecho, y ante lo que han calificado de datos “alarmantes” en sus niveles en la población, la Unión Europea ha emprendido el proyecto de investigación ODIN, liderado por la universidad irlandesa de Cork y en el que participan también científicos españoles de la Universidad Politécnica de Madrid. Sus objetivos son claros: medir exhaustivamente el déficit de vitamina D en Europa por grupos de población, implementar una estrategia de salud pública eficaz para prevenirla y revisar las recomendaciones actuales de ingesta. Sus resultados tardarán en llegar, pero hoy le traigo un avance. Y es que acaban de hacer público hace pocos días un informe preliminar con sus primeras conclusiones. (13) Agárrese a la silla para leerlas: Se lo ponemos en el idioma original en el que lo han escrito los investigadores para que no haya riesgo de malinterpretar sus palabras:

“The present work within the ODIN project (…) provide the first firm evidence that vitamin D deficiency is widespread across Europe and at prevalence rates that are indicative of a serious public health problem underlying not only risk of metabolic bone diseases but potentially other health outcomes as well”.

Los investigadores son contundentes en sus primeras conclusiones:

“El presente trabajo dentro del proyecto ODIN (…) proporcionan la primera evidencia firme de que el déficit de vitamina D está generalizado en toda Europa y en unas tasas de prevalencia que indican que se trata de un problema grave de salud pública en el que subyace no sólo el riesgo de enfermedades óseas metabólicas, sino también de otros problemas potenciales de salud”.

Y ahora le volvemos a plantear las tres preguntas con las que arrancamos este texto:

  1. ¿Sabe cuánta vitamina D necesita realmente?
  1. ¿Cuándo se ha analizado por última vez su nivel de vitamina D?
  2. ¿Está seguro de que no tiene déficit?

Los beneficios de la vitamina D son incalculables, como también lo son los perjuicios que acarrea su carencia. Por eso, si tiene déficit, corregirlo puede aportarle beneficios extraordinarios a su salud. Y hay muchas probabilidades de que tenga déficit, no le quepa duda. Thierry Souccar, como sabe, es el autor de Los Dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar. Y es la persona que más sabe de vitamina D. No en vano, allá por 1990, cuando apenas se prestaba la mínima atención a esta vitamina, él ya alertaba de su déficit generalizado y sus potenciales beneficios en la salud. Por eso hemos pensado que un Informe Especial sobre vitamina D es el mejor regalo que podemos hacerle por la suscripción a Los Dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar. Lo tenemos listo para enviárselo y que así usted empiece a tomar desde hoy mismo cartas en el asunto. Esto es lo que va a encontrar en el Informe Especial “Vitamina D: increíbles beneficios para su salud”:

La vitamina D es más que una simple vitamina. Y este Informe Especial le va a enseñar todo lo que puede hacer por

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Fuentes

  1. “Vitamina D sérica y factores de riesgo metabólico en un grupo de escolares españoles” Alexia De Piero Belmonte , Elena Rodríguez-Rodríguez, Liliana Guadalupe González-Rodríguez, Rosa María Ortega Anta y Ana María López-Sobaler. Departamento de Nutrición, Facultad de Farmacia, Universidad Complutense de Madrid, Ciudad Universitaria. Madrid. Nutrición Hospitalaria. 2015;31(3):1154-1162 ISSN 0212-1611 • CODEN NUHOEQ S.V.R. 318
  1. “Vitamin D and the risk of dementia and Alzheimer disease”. Thomas J. Littlejohns, MSc, William E. Henley, PhD, Iain A. Lang, PhD, Cedric Annweiler, MD, PhD. Neurology. (August 6, 2014).
  2. “Association of vitamin D status with arterial blood pressure and hypertension risk: a mendelian randomisation study”. The Lancet. Diabetes&Endocrinology. Lancet Diabetes Endocrinol 2014; 2: 719–29 Published Online June 26, 2014 http://dx.doi.org/10.1016/ S2213-8587(14)70113-5
  3. “The Association between Serum 25-hydroxyvitamin D and Human Papillomavirus Cervicovaginal Infection in Women in the United States”. Shim J, Pérez A, Symanski E, Nyitray AG. PubMed. J Infect Dis. 2016 Feb 15. pii: jiw065.
  4. “Shedding light on the vitamin D–tuberculosis–HIV connection”. Susan Realegeno and Robert L. Modlin. Department of Microbiology, Immunology, and Molecular Genetics and Division of Dermatology, David Geffen School of Medicine, University of California, Los Angeles, CA 90095-1750. PNAS | November 22, 2011 | vol. 108 | no. 47 | 18861–18862
  5. “The multiple sclerosis-associated regulatory variant rs10877013 affects expression of CYP27B1 and VDR under inflammatory or vitamin D stimuli”. Karaky M, Alcina A, Fedetz M. PubMed 2015 Oct 14.
  6. Urashima M, Segawa T, Okazaki M, Kurihara M, Wada Y, Ida H. Randomized trial of vitamin D supplementation to prevent seasonal influenza A in schoolchildren. Am J Clin Nutr 2010;91:1255-60.
  7. Heike A. Prevention of Nonvertebral Fractures With Oral Vitamin D and Dose Dependency. Arch Intern Med. 2009;169(6):551-561.
  8. Anastassios G. Pittas, Jason Nelson, Joanna Mitri, William Hillmann, Cheryl Garganta, David Nathan, Frank Hu, Bess Dawson-Hughes ; Vitamin D Status and Progression to Diabetes in Patients at Risk for Diabetes : An Ancillary Analysis in the Diabetes Prevention Program Randomized Controlled Trial. American Diabetes Association, 71st Scientific Sessions.
  9. Marian L. Evatt ; Mahlon R. DeLong ; Meena Kumari ; Peggy Auinger ; Michael P. McDermott ; vin Tangpricha ; High Prevalence of Hypovitaminosis D Status in Patients With Early Parkinson Disease. Arch Neurol, Mar 2011;68:314-319.
  10. Bertone-Johnson ER, Powers DI, Spangler L, Brunner RL, Michael YL, Larson JC, Millen AE, Bueche MN, Salmoirago-Blotcher E, Liu S, Wassertheil-Smoller S, Ockene JK, Ockene I, Manson JE ; Vitamin D intake from foods and supplements and depressive symptoms in a diverse population of older women. Am J Clin Nutr. 2011 Aug 24.
  11. Cancer Lett 2003 ; 192 : 145-149. J Natl Cancer Inst 2005 ; 97(3) : 199-209.
  12. Vitamin D deficiency in Europe: pandemic? Cashman KD, Dowling KG, Škrabáková Z, Gonzalez-Gross M, Valtueña J, De Henauw S, Moreno L, Damsgaard CT, Michaelsen KF, Mølgaard C,Jorde R, Grimnes G, Moschonis G, Mavrogianni C, Manios Y, Thamm M. Mensink GB, Rabenberg M, Busch MA, Cox L, Meadows S,Goldberg G, Prentice A, Dekker JM, Nijpels G, Pilz S, Swart KM, van Schoor NM, Lips P, Eiriksdottir G, Gudnason V, Cotch MF,Koskinen S, Lamberg-Allardt C, Durazo-Arvizu RA, Sempos CT, Kiely M. AJCN. First published ahead of print February 10, 2016 as doi: 10.3945/ajcn.115.120873.

 

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